Das Kapital

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Das Kapital (in English, just “Capital”)

In Capital, Marx critically analyzes capitalism, detailing how wealth is produced, who benefits, and why the system creates inequality. He begins with commodities, explaining that the value of a product is determined by the labor required to produce it—a concept known as the labor theory of value. In capitalism, workers sell their labor power for wages, but they create much more value than they receive in pay. This difference, known as surplus value, becomes profit for capitalists. Marx argues that this surplus is extracted through exploitation, as workers are paid less than the value they generate, which enables capitalists to accumulate wealth. In fact, he shows that workers are paid just enough to keep them working, at or near (often under) subsistence level. 

Thus, capitalism, explained Marx, creates its own gravediggers: the exploited working masses.

To maximize profit, capitalists constantly reinvest in technology and reorganize production to increase efficiency. This process concentrates wealth among large capitalists and often drives smaller competitors out of business. Additionally, it alienates workers, separating them from the products of their labor, the process of production, their fellow workers, and their own potential. Under capitalism, people become “cogs in a machine,” performing repetitive tasks that are disconnected from any sense of personal or social fulfillment.

Marx also discusses the tendency of the rate of profit to fall. As capitalists increase productivity by investing in machinery, they reduce the proportion of labor in production. Since labor is the source of surplus value, this shift leads to a declining rate of profit, creating instability in the system. Over time, this results in economic crises of overproduction, where more goods are produced than can be sold, leading to layoffs and downturns. Capitalism’s focus on profit leads to these crises, which in turn push workers’ wages and conditions lower, intensifying class conflict. The crises produce mass unemployment and shrinking markets. As the competition between the capitalists and imperialists for market share sharpens, imperialist wars erupt, leading to world wars.

The ongoing class struggle between the bourgeoisie (capitalist class) and the proletariat (working class) is, according to Marx, the driving force of history. As the system deepens inequalities and alienates workers, the proletariat becomes more organized and aware of their shared interests. Marx believes that the contradictions inherent in capitalism—its exploitation, crises, and alienation—will ultimately lead to its collapse. In his view, the working class will overthrow the capitalist system, leading to a classless, communist society where the means of production are collectively owned.

In this communism, economic activity would no longer center around profit. Instead, it would focus on fulfilling human needs and fostering cooperation. Resources and responsibilities would be shared, and social relations would be built on equity and mutual respect rather than competition and exploitation.

Marx’s Capital remains one of the most significant critiques of capitalism, offering insights into its inner workings, its impact on society, and its potential demise. His analysis has profoundly influenced political thought, economic theory, and social movements, framing debates on inequality, labor rights, and the future of economic systems.

By showing the inherent contradictions of capitalism, Marx shows that only communist revolution can end exploitation by ending the wage system and private ownership and control of the means of production. He shows that only communism can meet the needs of the masses everywhere. 

However, at the time Capital was written communists didn’t yet understand the need for a communist party to mobilize the masses for communism and to build a communist society. That was Lenin’s contribution. ICWP is fighting to build a mass party everywhere to mobilize the masses for communism today.

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[TRADUCCIÓN PROVISIONAL]

En El Capital, Marx analiza críticamente el capitalismo, detallando cómo se produce la riqueza, quién se beneficia y por qué el sistema crea desigualdad. Comienza con las mercancías, explicando que el valor de un producto viene determinado por el trabajo necesario para producirlo, un concepto conocido como la teoría laboral del valor. En el capitalismo, los trabajadores venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario, pero crean mucho más valor del que reciben como paga. Esta diferencia, conocida como plusvalía, se convierte en beneficio para los capitalistas. Marx argumenta que este excedente se extrae a través de la explotación, ya que a los trabajadores se les paga menos que el valor que generan, lo que permite a los capitalistas acumular riqueza. De hecho, demuestra que a los trabajadores se les paga lo justo para que sigan trabajando, al nivel de subsistencia o cerca de él (a menudo por debajo).

Así, el capitalismo, explica Marx, crea sus propios sepultureros: las masas trabajadoras explotadas.

Para maximizar el beneficio, los capitalistas reinvierten constantemente en tecnología y reorganizan la producción para aumentar la eficiencia. Este proceso concentra la riqueza entre los grandes capitalistas y a menudo expulsa del negocio a los competidores más pequeños. Además, aliena a los trabajadores, separándolos de los productos de su trabajo, del proceso de producción, de sus compañeros de trabajo y de su propio potencial. Bajo el capitalismo, las personas se convierten en «engranajes de una máquina», realizando tareas repetitivas que están desconectadas de cualquier sentido de realización personal o social.

Marx también analiza la tendencia a la baja de la tasa de beneficio. A medida que los capitalistas aumentan la productividad invirtiendo en maquinaria, reducen la proporción de trabajo en la producción. Dado que el trabajo es la fuente de la plusvalía, este cambio conduce a una disminución de la tasa de ganancia, creando inestabilidad en el sistema. Con el tiempo, esto da lugar a crisis económicas de sobreproducción, en las que se producen más bienes de los que se pueden vender, lo que provoca despidos y recesiones. La concentración del capitalismo en el beneficio conduce a estas crisis, que a su vez hacen bajar los salarios y las condiciones de los trabajadores, intensificando el conflicto de clases. Las crisis producen desempleo masivo y mercados cada vez más reducidos. Al agudizarse la competencia entre capitalistas e imperialistas por la cuota de mercado, estallan las guerras imperialistas, que desembocan en guerras mundiales.

La continua lucha de clases entre la burguesía (clase capitalista) y el proletariado (clase obrera) es, según Marx, la fuerza motriz de la historia. A medida que el sistema profundiza las desigualdades y aliena a los trabajadores, el proletariado se organiza y toma conciencia de sus intereses comunes. Marx cree que las contradicciones inherentes al capitalismo -su explotación, crisis y alienación- conducirán finalmente a su colapso. En su opinión, la clase obrera derrocará el sistema capitalista y dará lugar a una sociedad comunista sin clases en la que los medios de producción serán de propiedad colectiva.

En este comunismo, la actividad económica ya no se centraría en el beneficio. En su lugar, se centraría en satisfacer las necesidades humanas y fomentar la cooperación. Se compartirían los recursos y las responsabilidades, y las relaciones sociales se basarían en la equidad y el respeto mutuo, en lugar de en la competencia y la explotación.

El Capital de Marx sigue siendo una de las críticas más significativas del capitalismo, ya que ofrece una visión de su funcionamiento interno, su impacto en la sociedad y su posible desaparición. Su análisis ha influido profundamente en el pensamiento político, la teoría económica y los movimientos sociales, enmarcando los debates sobre la desigualdad, los derechos laborales y el futuro de los sistemas económicos.

Al mostrar las contradicciones inherentes al capitalismo, Marx demuestra que sólo la revolución comunista puede acabar con la explotación poniendo fin al sistema salarial y a la propiedad y el control privados de los medios de producción. Demuestra que sólo el comunismo puede satisfacer las necesidades de las masas en todas partes.

Sin embargo, en la época en que se escribió El Capital los comunistas aún no comprendían la necesidad de un partido comunista para movilizar a las masas en favor del comunismo y construir una sociedad comunista. Esa fue la contribución de Lenin. El PCOI está luchando para construir un partido de masas en todas partes para movilizar a las masas para el comunismo hoy.

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