Education / Educación

[ESPAÑOL ABAJO]

Education has always been shaped by the way societies organize their economies, including under capitalism. Education isn’t just what happens in schools; it’s how all social institutions, like family, government, and media, shape people’s beliefs, behavior, and roles. Under capitalism, schools play an important role in maintaining the power of the wealthy class. Schools for the rich prepare them to be leaders, while schools for working-class children prepare them to follow orders, whether as workers or soldiers. Schools teach the values and behaviors that keep the current system in place, making people accept exploitation and war. 

Communism would completely change education by getting rid of money, social classes, and private ownership of resources. In this new society, everyone would contribute what they can, and everyone’s needs would be met. There will be no rich people. This shift will eliminate the individualistic and competitive attitudes that capitalist education promotes. Instead, people will learn cooperation and collective responsibility, essential for building a communist society. 

When the working class takes control, they will end practices like wages and producing goods just to sell them for profit. People’s motivation to work would not come from personal gain but from a shared commitment to a fair and egalitarian society. Education in a communist society will train people to be active participants in this cooperative system, rather than passive followers. People would be encouraged to analyze, criticize, and make decisions together, so that everyone could play a role in shaping the society. 

The purpose of communist education would be to foster communist values and relationships, not just to improve schools within a capitalist framework. For instance, communist education wouldn’t just prepare people for jobs; it would teach them how to build a cooperative, collective society. This education would break down the separation between “mental” and “manual” labor. In a capitalist system, intellectual work (like engineering) is seen as more valuable than manual work (like construction), but communist education would combine both. People would understand both the scientific and practical sides of their work, erasing the idea that one type of work or worker is superior to another.

Capitalist education promotes capitalist ideology and practice. Communist learning and communist society will promote communist ideology and practice. Communist learning is based on the understanding that all the masses can give leadership in some aspect of life and work, that communism will respect, allow and encourage everyone to develop to their full potential

In a communist system, everyone would be involved in both learning and teaching throughout their lives. Instead of having full-time professional teachers, everyone would share their knowledge and skills. The distinction between teacher and student will disappear as people learn directly from each other in real-world environments rather than isolated classrooms. This approach would help eliminate the social divides created by capitalism, where only a few people are seen as “experts,” and others are not.

Communist education would also focus on breaking down all types of social inequality, including racism and sexism. People will learn to work together as equals, creating bonds of cooperation and shared responsibility. Education would no longer be about producing workers or consumers but about creating a community of equals who understand and value each other’s roles. Children, adults, and the elderly would all participate in lifelong learning, helping each other grow and contribute.

Communist education is a tool for building a society based on collectivity and cooperation. Education will no longer serve the interests of a wealthy few but will benefit everyone. This transformation would help create the values, relationships, and skills necessary for a world without exploitation or oppression. We call on people to join the movement to fight for this new vision of education as part of a larger effort to create a fair and just society – that is, a communist society.

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[TRADUCCIÓN PROVISIONAL]

La educación siempre ha estado determinada por la forma en que las sociedades organizan sus economías, incluso bajo el capitalismo. La educación no es solo lo que ocurre en las escuelas, sino cómo todas las instituciones sociales, como la familia, el gobierno y los medios de comunicación, moldean las creencias, el comportamiento y los roles de las personas. En el capitalismo, las escuelas desempeñan un papel importante en el mantenimiento del poder de la clase rica. Las escuelas para los ricos los preparan para ser líderes, mientras que las escuelas para los niños de la clase trabajadora los preparan para seguir órdenes, ya sea como trabajadores o como soldados. Las escuelas enseñan los valores y comportamientos que mantienen el sistema actual, haciendo que las personas acepten la explotación y la guerra.


El comunismo cambiaría por completo la educación al eliminar el dinero, las clases sociales y la propiedad privada de los recursos. En esta nueva sociedad, todos contribuirían con lo que pudieran y se satisfarían las necesidades de todos. No habría personas ricas. Este cambio eliminaría las actitudes individualistas y competitivas que promueve la educación capitalista. En su lugar, las personas aprenderían la cooperación y la responsabilidad colectiva, esenciales para construir una sociedad comunista.


Cuando la clase trabajadora tome el control, pondrá fin a prácticas como los salarios y la producción de bienes con el único fin de venderlos para obtener beneficios. La motivación de las personas para trabajar no provendría de la ganancia personal, sino de un compromiso compartido con una sociedad justa e igualitaria. La educación en una sociedad comunista formaría a las personas para que participaran activamente en este sistema cooperativo, en lugar de ser seguidores pasivos. Se animaría a las personas a analizar, criticar y tomar decisiones juntas, de modo que todas pudieran desempeñar un papel en la configuración de la sociedad.


El objetivo de la educación comunista sería fomentar los valores y las relaciones comunistas, no solo mejorar las escuelas dentro del marco capitalista. Por ejemplo, la educación comunista no solo prepararía a las personas para el trabajo, sino que les enseñaría a construir una sociedad cooperativa y colectiva. Esta educación rompería la separación entre el trabajo «mental» y el «manual». En un sistema capitalista, el trabajo intelectual (como la ingeniería) se considera más valioso que el trabajo manual (como la construcción), pero la educación comunista combinaría ambos. Las personas comprenderían tanto el aspecto científico como el práctico de su trabajo, eliminando la idea de que un tipo de trabajo o de trabajador es superior a otro.


La educación capitalista promueve la ideología y la práctica capitalistas. El aprendizaje comunista y la sociedad comunista promoverán la ideología y la práctica comunistas. El aprendizaje comunista se basa en la comprensión de que todas las masas pueden ejercer el liderazgo en algún aspecto de la vida y el trabajo, que el comunismo respetará, permitirá y alentará a todos a desarrollar su pleno potencial.


En un sistema comunista, todo el mundo participaría tanto en el aprendizaje como en la enseñanza a lo largo de su vida. En lugar de tener profesores profesionales a tiempo completo, todo el mundo compartiría sus conocimientos y habilidades. La distinción entre profesor y alumno desaparecería, ya que las personas aprenderían directamente unas de otras en entornos reales, en lugar de en aulas aisladas. Este enfoque contribuiría a eliminar las divisiones sociales creadas por el capitalismo, en las que solo unas pocas personas son consideradas «expertas» y las demás no.


La educación comunista también se centraría en acabar con todo tipo de desigualdad social, incluyendo el racismo y el sexismo. Las personas aprenderían a trabajar juntas en igualdad, creando lazos de cooperación y responsabilidad compartida. La educación ya no se centraría en producir trabajadores o consumidores, sino en crear una comunidad de iguales que se entienden y valoran mutuamente. Los niños, los adultos y los ancianos participarían en el aprendizaje a lo largo de toda la vida, ayudándose mutuamente a crecer y contribuir.


La educación comunista es una herramienta para construir una sociedad basada en la colectividad y la cooperación. La educación ya no serviría a los intereses de unos pocos ricos, sino que beneficiaría a todos. Esta transformación ayudaría a crear los valores, las relaciones y las habilidades necesarias para un mundo sin explotación ni opresión. Hacemos un llamamiento a las personas para que se unan al movimiento y luchen por esta nueva visión de la educación como parte de un esfuerzo más amplio por crear una sociedad justa y equitativa, es decir, una sociedad comunista.

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Literacy, road to communism

Sexism

[based on the ICWP sexism pamphlet]

Communism will abolish money and markets, buying and selling, including working for wages. When all work is to meet the needs of the masses, the material basis of sexism will disappear. The capitalist distinction between unpaid “housework” and wage labor will no longer exist 

Communism unifies the working masses. We will organize production based on solidarity and cooperation of all genders. Arts and culture will promote respect for all. We’ll mobilize masses to criticize and supress dangerously sexist and racist propaganda such as that disseminated by capitalism in movies and music.

We will struggle against sexist attitudes, insults and practices, especially the particularly vicious assaults on women of color. Men as well as women workers have a material need to end sexism, which sustains capitalist wage slavery and divides our class. Sexist violence is an attack on the masses and on the communist society we are fighting to build. Communist masses will treat it as such. 

We’ll reorganize work to end the sexist and racist division of labor. Everyone will learn to do various kinds of work. Everyone will share whatever necessary hard work can’t be done by machines. No tasks will be labeled as work for one particular gender or “race.” 

Feminism diverts into thinking that sexism is caused by men, and that it can be reformed away. Sexism is caused by class society, specifically today by capitalism, which profits by paying women less than men and having them work for free at home also. Feminism, like sexism, divides men and women workers. Sexism can be ended only through communist revolution and building communism. 

When we fight sexism now, we need to show that the only way to send it is to unite against sexist capitalism for a communist world free of wage slavery, sexism and racism.

Communism will give everyone an active role in decision-making and leadership. We don’t aim to break glass ceilings so a few women can join male bosses at the top. We will abolish ceilings. Everyone will work on the floor together, in free association, according to the dedication of each one to the working class. 

Today and in the future, communists fight religion’s traditions and capitalist culture that prevent women workers from giving leadership to the whole working class. 

Communism will abolish private property. 

Households will thrive within much stronger communities. The family will no longer be a legal/economic institution. We will organize the work of feeding, clothing, cleaning and caring for each other collectively. This will end the isolated drudgery of one person doing housework, and the pressure of paying the bills.

Families in some forms have always been vital for human survival. People have organized kinship and childrearing in many different ways. We commit ourselves to struggle for honest, respectful and comradely relationships that promote the full development of all. Masses will learn to struggle in comradely ways to resolve contradictions and encourage development and loyalty to each other and to our international working class, our family.

Help us see how communism can end sexism. Communists in Soviet Russia created day care centers and dining halls in factories to allow women to work in production. 

In China’ during the 1960’s young children in day care centers played with blocks that were big enough to need and encourage collective play. “Mine” was replaced with “óurs.”

Communism will end the material basis of sexism — but that won’t be enough. Growing communist ICWP collectives will mobilize mass struggle against sexist ideas, practices and habits left over from capitalism. That must happen from now on, everywhere as part of mass mobilization for communism. That is the only way to end sexism forever. 

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Down With Kitchen Slavery!

“. .women are house as well as factory slaves and are forced to bear a double workload.” ~ Clara Zetkin

“The capitalists speculate on the two following factors: the female worker must be paid as poorly as possible and the competition of female labour must be employed to lower the wages of male workers as much as possible.” ~ Clara Zetkin

The extension of women’s rights is the basic principle of all social progress. ~Charles Fourier 

“Around me I saw women overworked and underpaid, doing men’s work at half men’s wages, not because their work was inferior, but because they were women.” ~ Anna Howard Shaw

Capitalism

[ESPAÑOL ABAJO]

Capitalism is the system we currently live under. It is a brutal system. As Marx said, “Capital comes dripping from head to toe, from every pore, with blood and dirt.”

Under capitalism a small group of people—the capitalist class—owns the means of production: the factories, machines, land, and technology. Everyone else, the working class, must sell our labor to survive. This is not a matter of choice. If you do not work, you do not eat. If you do not obey, you are replaced. It is a system built on dependence, not freedom.

Under capitalism, production does not happen to meet human need. Things are not made because people need them. They are made to be sold for profit. If it won’t sell, it won’t be made. Food rots while people go hungry. Apartments sit empty while people sleep in the streets. Human need is irrelevant. Profit is the only law.

Profit comes from exploitation. Workers create value, but they are paid only a fraction of what they produce. The rest is taken by the capitalists. This difference is called surplus value. It is the heart of capitalist wealth. Capitalists claim they deserve it because they “own” the factory or “took the risk.” But they do not work. They live off the labor of others.

Capitalism constantly produces inequality. It does not just happen between countries. Every capitalist society has rich and poor. Even in the richest nations, millions live in poverty while a few own private jets and islands. Capitalism needs this inequality. Without it, there is no pressure to work for low wages, no army of unemployed to threaten workers with replacement, no pool of desperate labor to exploit.

Capitalism depends on divisions. Racism and sexism are not errors—they are tools. By dividing workers, capitalists can pay some less, deny them rights, and use them as scapegoats. Racism allows super-exploitation of racialized labor. Sexism does the same to women and gender minorities. These forms of oppression are old, but capitalism modernizes and maintains them. They keep the working class weak and profits high.

Racism is used to try to keep workers from seeing that we are all part of the same class. That we are the vast majority. We can overthrow them and take power.

War is also a product of capitalism. Because the system is based on competition—between companies and between states—conflict is inevitable. Modern wars are not fought for honor or defense. They are fought over oil, markets, trade routes, and control. Workers are sent to die for the profits of our ruling class. Capitalist states are not neutral—they exist to serve capital.

Some people say capitalism can be fixed. They talk about making it greener, or more equal, or more democratic. But this is impossible. Capitalism is not a system of greed—it is a system of laws, contracts, and property. It cannot be “regulated” into justice. Attempts at reform either fail, are reversed, or are turned into new ways to exploit.

Communists reject capitalism completely. We do not want better bosses. We want no bosses. We do not want fairer wages. We are fighting to end wage slavery.We do not want better distribution. We want to end private ownership altogether. Communism means a world where production is for need, not profit. Where communities plan together. Where work is shared and voluntary. Where racism, sexism, borders, and exploitation in general have no role or reason to exist.

This vision is not a dream. It is a necessity. The world under capitalism is dying—from war, from climate collapse, from inequality. Only by ending the system at its root can we build something new. We do not want to manage capitalism. We want to end it.

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[TRADUCCIÓN PROVISIONAL]

El capitalismo es el sistema bajo el que vivimos actualmente. Es un sistema brutal. Como dijo Marx: «El capital viene empapado de sangre y sudor, de la cabeza a los pies, de todos los poros».

Bajo el capitalismo, un pequeño grupo de personas —la clase capitalista— posee los medios de producción: las fábricas, las máquinas, la tierra y la tecnología. Todos los demás, la clase trabajadora, debemos vender nuestra fuerza de trabajo para sobrevivir. No es una cuestión de elección. Si no trabajas, no comes. Si no obedeces, te sustituyen. Es un sistema basado en la dependencia, no en la libertad.

Bajo el capitalismo, la producción no se realiza para satisfacer las necesidades humanas. Las cosas no se fabrican porque la gente las necesite. Se fabrican para venderse y obtener beneficios. Si no se vende, no se fabrica. La comida se pudre mientras la gente pasa hambre. Los apartamentos están vacíos mientras la gente duerme en la calle. Las necesidades humanas son irrelevantes. El beneficio es la única ley.

El beneficio proviene de la explotación. Los trabajadores crean valor, pero solo se les paga una fracción de lo que producen. El resto se lo quedan los capitalistas. Esta diferencia se denomina plusvalía. Es el núcleo de la riqueza capitalista.

Los capitalistas afirman que se lo merecen porque «son dueños» de la fábrica o «asumieron el riesgo». Pero ellos no trabajan. Viven del trabajo de los demás

. El capitalismo produce constantemente desigualdad. No solo ocurre entre países. Toda sociedad capitalista tiene ricos y pobres. Incluso en las naciones más ricas, millones de personas viven en la pobreza, mientras que unos pocos poseen aviones privados e islas.

El capitalismo necesita esta desigualdad. Sin ella, no hay presión para trabajar por salarios bajos, no hay un ejército de desempleados que amenace a los trabajadores con ser sustituidos, no hay una reserva de mano de obra desesperada que explotar.

El capitalismo depende de las divisiones. El racismo y el sexismo no son errores, son herramientas. Al dividir a los trabajadores, los capitalistas pueden pagar menos a algunos, negarles derechos y utilizarlos como chivos expiatorios.

El racismo permite la superexplotación de la mano de obra racializada. El sexismo hace lo mismo con las mujeres y las minorías de género. Estas formas de opresión son antiguas, pero el capitalismo las moderniza y las mantiene. Mantienen débil a la clase trabajadora y altos los beneficios.

El racismo se utiliza para intentar que los trabajadores no vean que todos formamos parte de la misma clase. Que somos la gran mayoría. Que podemos derrocarles y tomar el poder.

La guerra también es un producto del capitalismo. Como el sistema se basa en la competencia —entre empresas y entre Estados—, el conflicto es inevitable. Las guerras modernas no se libran por el honor o la defensa. Se libran por el petróleo, los mercados, las rutas comerciales y el control. Se envía a los trabajadores a morir por los beneficios de nuestra clase dominante.

Los Estados capitalistas no son neutrales: existen para servir al capital. Algunas personas dicen que el capitalismo se puede arreglar. Hablan de hacerlo más ecológico, más igualitario o más democrático. Pero eso es imposible. El capitalismo no es un sistema de codicia: es un sistema de leyes, contratos y propiedad. No se puede «regular» para que sea justo. Los intentos de reforma fracasan, se revierten o se convierten en nuevas formas de explotación. Los comunistas rechazamos el capitalismo por completo.

No queremos mejores jefes. No queremos jefes. No queremos salarios más justos. Luchamos para acabar con la esclavitud salarial. No queremos una mejor distribución. Queremos acabar con la propiedad privada por completo.

El comunismo significa un mundo en el que la producción es para satisfacer las necesidades, no para obtener beneficios. Donde las comunidades planifican juntas. Donde el trabajo es compartido y voluntario. Donde el racismo, el sexismo, las fronteras y la explotación en general no tienen ningún papel ni razón de ser.

Esta visión no es un sueño. Es una necesidad. El mundo bajo el capitalismo está muriendo: por la guerra, por el colapso climático, por la desigualdad. Solo acabando con el sistema desde sus raíces podremos construir algo nuevo. No queremos gestionar el capitalismo. Queremos acabar con él.

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Communism / Comunismo / Le Communisme

[ESPAŃOL ABAJO]

[FRANÇAIS EN BAS]

We fight directly for communism because only communism can finally free us from capitalism’s house of horrors: from its wage slavery, racism, sexism, genocide, and imperialist wars.

Communism is the egalitarian social system based on the principle: “From each according to ability and commitment, to each according to need.” Everyone will help make decisions and will work collectively, contributing their work to human society and sharing the fruits of collective labor to meet all workers’ needs everywhere. 

Communism will do away with the capitalist wage system and private ownership of the means of production. Masses will produce only for human need, not profit. Relations will be based on collectivity and cooperation, not competition, money, wages, threats, and terror. This will end capitalism’s individualistic, competitive culture.

Communism will eliminate all borders, and nations. Ending the wage system, we will abolish racism, sexism, nationalism, xenophobia, regionalism, and anti-LGBTQ sentiment. All workers will be valued and encouraged as comrades, brothers and sisters, within one human family. Workers will be welcome to move freely from one place to another without being discriminated or deported. No one will be forced by hunger or wars to leave home.

Unlike capitalist education, communist education will expand relationships of egalitarianism and cooperation. Communist production and all life will break down the divisions between “manual” and “mental” labor, between “experts” and the masses, and between teachers and students. 

We will learn from comrades who are more experienced workers. We will work more than one job, and combine lifelong work and study, theory and practice. All workers will share experience and knowledge with each other and learn and work our entire lives. No one will have more privileges than others.

The communist masses worldwide will collectively help reverse capitalism’s climate change. We will use renewable energy and constantly ensure clean water for all. We will re-distribute water to dry arid regions and plant millions of new trees. Everyone will help put out and prevent wildfires, and save lives. 

Early human societies existed as hunter-gatherer pre-class communist societies for 80,000 years without money, exchange, nations, borders, or private property. Humans produced and shared only to meet their needs. Any wars that occurred in pre-class societies were for survival and immediate consumption of resources. 

The emergence of private property ended pre-class communism and subjected the working class to 10,000+ years of oppression, exploitation, slavery, genocides, and imperialist wars. The exploited masses have rebelled continuously against oppression. The Haitian Revolution, the Paris Commune, the Bolshevik Revolution, and the Chinese Revolution were major milestones by the working class. They showed that workers and soldiers have the power and organization to overthrow capitalism. 

But they thought socialism, which kept money, the wage system and the market would be a transition to communism. Socialism was state capitalism. It created a new capitalist ruling class. The Chinese Cultural Revolution went further. Millions fought against the socialist “red Bourgeoisie”. They wanted a society based on meeting the masses’ needs, without ranks and privilege 

Masses are open to communism—when they know about it. Communism will be achieved only by building a mass international communist party, the International Communist Workers’ Party, to mobilize the masses for communism. To overthrow the capitalist-imperialist system in communist revolutions worldwide and immediately begin implementing communism. No “transitional stages” such as socialism will lead to communism. 

Mobilization must be both practical and ideological. To ensure a successful communist revolution, we need to build communist collectives that fight against capitalism’s attacks, and ideas, that mobilize millions of workers, soldiers, and sailors of the world for communism, nothing less.

Workers of the World, Unite for Communism!

Read our pamphlet MMC here

[FRANÇAIS EN BAS]

[TRADUCCIÓN PROVISIONAL]

Luchamos directamente por el comunismo porque solo el comunismo puede liberarnos finalmente de la casa de los horrores del capitalismo: de su esclavitud salarial, racismo, sexismo, genocidio y guerras imperialistas.

El comunismo es el sistema social igualitario basado en el principio: «De cada cual según su capacidad y compromiso, a cada cual según sus necesidades». Todos ayudarán a tomar decisiones y trabajarán colectivamente, contribuyendo con su trabajo a la sociedad humana y compartiendo los frutos del trabajo colectivo para satisfacer las necesidades de todos los trabajadores en todas partes.

El comunismo acabará con el sistema salarial capitalista y la propiedad privada de los medios de producción. Las masas producirán solo para satisfacer las necesidades humanas, no para obtener beneficios. Las relaciones se basarán en la colectividad y la cooperación, no en la competencia, el dinero, los salarios, las amenazas y el terror. Esto pondrá fin a la cultura individualista y competitiva del capitalismo.

El comunismo eliminará todas las fronteras y naciones. Al poner fin al sistema salarial, aboliremos el racismo, el sexismo, el nacionalismo, la xenofobia, el regionalismo y el sentimiento anti-LGBTQ. Todos los trabajadores serán valorados y animados como camaradas, hermanos y hermanas, dentro de una familia humana. Los trabajadores podrán moverse libremente de un lugar a otro sin ser discriminados o deportados. Nadie se verá obligado por el hambre o las guerras a abandonar su hogar.

A diferencia de la educación capitalista, la educación comunista ampliará las relaciones de igualdad y cooperación. La producción comunista y toda la vida romperán las divisiones entre el trabajo «manual» y el «mental», entre los «expertos» y las masas, y entre profesores y estudiantes.

Aprenderemos de los camaradas que son trabajadores con más experiencia. Tendremos más de un trabajo y combinaremos el trabajo y el estudio de por vida, la teoría y la práctica. Todos los trabajadores compartirán experiencias y conocimientos entre sí y aprenderán y trabajarán durante toda su vida. Nadie tendrá más privilegios que los demás.

Las masas comunistas de todo el mundo ayudarán colectivamente a revertir el cambio climático del capitalismo. Utilizaremos energías renovables y garantizaremos constantemente agua limpia para todos. Redistribuiremos el agua a las regiones áridas y secas y plantaremos millones de árboles nuevos. Todos ayudarán a apagar y prevenir los incendios forestales, y a salvar vidas.

Las primeras sociedades humanas existieron como sociedades comunistas preclasistas de cazadores-recolectores durante 80 000 años sin dinero, intercambio, naciones, fronteras o propiedad privada. Los humanos producían y compartían solo para satisfacer sus necesidades. Las guerras que ocurrieron en las sociedades preclasistas fueron por supervivencia y consumo inmediato de recursos.

La aparición de la propiedad privada puso fin al comunismo preclasista y sometió a la clase trabajadora a más de 10 000 años de opresión, explotación, esclavitud, genocidios y guerras imperialistas. Las masas explotadas se han rebelado continuamente contra la opresión. La Revolución Haitiana, la Comuna de París, la Revolución Bolchevique y la Revolución China fueron hitos importantes de la clase trabajadora. Demostraron que los trabajadores y los soldados tienen el poder y la organización para derrocar el capitalismo.

Pero pensaron que el socialismo, que mantenía el dinero, el sistema salarial y el mercado, sería una transición al comunismo. El socialismo era capitalismo de estado. Creó una nueva clase dominante capitalista. La Revolución Cultural China fue más allá. Millones lucharon contra la «burguesía roja» socialista. Querían una sociedad basada en satisfacer las necesidades de las masas, sin rangos ni privilegios.

Las masas están abiertas al comunismo, cuando lo conocen. El comunismo solo se logrará construyendo un partido comunista internacional de masas, el Partido Comunista Obrero Internacional, para movilizar a las masas para el comunismo. Derrocar el sistema capitalista-imperialista en revoluciones comunistas en todo el mundo y comenzar inmediatamente a implementar el comunismo. Ninguna «etapa de transición», como el socialismo, conducirá al comunismo.

La movilización debe ser tanto práctica como ideológica. Para garantizar el éxito de la revolución comunista, necesitamos construir colectivos comunistas que luchen contra los ataques del capitalismo, y las ideas que movilicen a millones de trabajadores, soldados y marineros del mundo para el comunismo, nada menos.

¡Trabajadores del mundo, uníos para el comunismo!

Le Communisme

Nous luttons directement pour le communisme, car seul le communisme peut enfin nous libérer de la maison des horreurs du capitalisme : de son esclavage salarié, de son racisme, de son sexisme, de son génocide et de ses guerres impérialistes.

Le communisme est le système social égalitaire fondé sur le principe : « De chacun selon ses capacités et son engagement, à chacun selon ses besoins ». Chacun contribuera à la prise de décisions et travaillera collectivement, apportant sa contribution à la société humaine et partageant les fruits du travail collectif pour répondre aux besoins de tous les travailleurs, partout dans le monde.

Le communisme mettra fin au système salarial capitaliste et à la propriété privée des moyens de production. Les masses ne produiront que pour les besoins humains, et non pour le profit. Les relations seront fondées sur la collectivité et la coopération, et non sur la concurrence, l’argent, les salaires, les menaces et la terreur. Cela mettra fin à la culture individualiste et compétitive du capitalisme

Le communisme éliminera toutes les frontières et les nations. En mettant fin au système salarial, nous abolirons le racisme, le sexisme, le nationalisme, la xénophobie, le régionalisme et les sentiments anti-LGBTQ. Tous les travailleurs seront valorisés et encouragés en tant que camarades, frères et sœurs, au sein d’une seule famille humaine. Les travailleurs seront libres de se déplacer d’un endroit à l’autre sans être victimes de discrimination ou d’expulsion. Personne ne sera contraint de quitter son foyer à cause de la faim ou des guerres.

Contrairement à l’éducation capitaliste, l’éducation communiste développera les relations d’égalitarisme et de coopération. La production communiste et toute la vie briseront les divisions entre le travail « manuel » et le travail « intellectuel », entre les « experts » et les masses, et entre les enseignants et les étudiants.

Nous apprendrons de camarades qui sont des travailleurs plus expérimentés. Nous aurons plus d’un emploi et combinerons travail et études tout au long de la vie, théorie et pratique. Tous les travailleurs partageront leurs expériences et leurs connaissances et apprendront et travailleront toute leur vie. Personne n’aura plus de privilèges que les autres.

Les masses communistes du monde entier contribueront collectivement à inverser le changement climatique du capitalisme. Nous utiliserons des énergies renouvelables et veillerons constamment à ce que tous aient accès à l’eau potable. Nous redistribuerons l’eau dans les régions arides et sèches et planterons des millions de nouveaux arbres. Tout le monde contribuera à éteindre et à prévenir les incendies de forêt et à sauver des vies.

Les premières sociétés humaines ont existé en tant que sociétés de chasseurs-cueilleurs pré-classistes pendant 80 000 ans, sans argent, sans échange, sans nations, sans frontières ni propriété privée. Les humains ne produisaient et ne partageaient que pour répondre à leurs besoins. Toutes les guerres qui ont eu lieu dans les sociétés pré-classistes étaient pour la survie et la consommation immédiate des ressources.

L’émergence de la propriété privée a mis fin au communisme pré-classique et a soumis la classe ouvrière à plus de 10 000 ans d’oppression, d’exploitation, d’esclavage, de génocides et de guerres impérialistes. Les masses exploitées se sont continuellement rebellées contre l’oppression. La Révolution haïtienne, la Commune de Paris, la Révolution bolchevique et la Révolution chinoise ont été des étapes majeures pour la classe ouvrière. Elles ont montré que les travailleurs et les soldats ont le pouvoir et l’organisation nécessaires pour renverser le capitalisme.

Mais ils pensaient que le socialisme, qui maintenait l’argent, le système salarial et le marché, serait une transition vers le communisme. Le socialisme était un capitalisme d’État. Il a créé une nouvelle classe dirigeante capitaliste. La révolution culturelle chinoise est allée plus loin. Des millions de personnes se sont battues contre la « bourgeoisie rouge » socialiste. Ils voulaient une société basée sur la satisfaction des besoins des masses, sans classes ni privilèges.

Les masses sont ouvertes au communisme, lorsqu’elles en ont connaissance. Le communisme ne sera réalisé qu’en construisant un parti communiste international de masse, le Parti communiste international des travailleurs (PCIT), pour mobiliser les masses pour le communisme. Renverser le système capitaliste-impérialiste par des révolutions communistes dans le monde entier et commencer immédiatement à mettre en œuvre le communisme. Aucune « étape de transition » telle que le socialisme ne conduira au communisme

La mobilisation doit être à la fois pratique et idéologique. Pour assurer le succès de la révolution communiste, nous devons construire des collectifs communistes qui luttent contre les attaques du capitalisme et les idées qui mobilisent des millions de travailleurs, de soldats et de marins du monde entier pour le communisme, rien de moins.

Travailleurs du monde, unissez-vous pour le communisme !

Lisez notre brochure MMC ici

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Paris Commune / Comuna de Paris

[ESPAÑOL ABAJO]

The Paris Commune of 1871 was a defining moment in history when the working class seized power for only the second time time (after the Haitian revolution of 1804). Though it lasted only 71 days, its impact was profound, shaping revolutionary movements worldwide. It inspired Marx, the Bolsheviks, the Chinese Revolution, and today’s fight for communism. The International Communist Workers’ Party (ICWP) looks to the Commune as a powerful example of how workers can overthrow capitalism and build a society that serves their interests.

Origins of the Paris Commune

The Franco-Prussian War (1870-71) plunged France into a political and economic crisis. The ruling class suffered a major defeat, and the government collapsed, leaving workers in misery and desperation. The inequalities of capitalist society became even clearer—while the wealthy avoided the consequences of war, the working class endured starvation, unemployment, and exploitation.

In response, the workers of Paris , with the National Guard leading, rose up.. They took control of the city, establishing the Paris Commune—a government of, by, and for the workers. After the Haitian revolution, for the second time in history, the working class held power, demonstrating that it was possible to overthrow capitalism and begin building a society based on collective needs rather than profit.

Women in the Commune: A Model for Today

Women played a crucial role in the insurrection and in organizing the Commune. Laundry workers, garment workers, shopkeepers, and many others built barricades, took up arms, and worked in ammunition factories. They also organized essential services such as food distribution, medical care, and education. Their leadership and sacrifices prove that women workers were key., just as they are in today’s factories and workplaces.

Importance of the Armed Forces

Many of the workers who gave key leadership and rose up were members of the National Guard and their participation was vital. It was the Guard, along with the women, who fought the government troops and saved the cannons. In response, some government troops joined the rebellion. The Guard chased out of Paris the armed servants of the government – the police and the loyal government troops. 

One lesson that later revolutionary communists drew from the Commune was the vital importance of work in the military. This is true to this day. Just as soldiers joined the workers in the Paris Commune, today’s soldiers must refuse to fight for their oppressors and join the fight for communism.

Lessons for Today’s Workers

The conditions that led to the Paris Commune exist today. Capitalism continues to exploit workers worldwide. In factories, bosses impose low wages, impossible quotas, and unpaid overtime, trapping workers in wage slavery. The Paris Commune proves that fighting for reforms is futile—true liberation requires armed revolution and the complete destruction of capitalism.

One of the Commune’s most important lessons is that the working class cannot take over the capitalist state—it must destroy it. The French government, backed by the bourgeoisie, brutally crushed the Commune, killing tens of thousands of workers. 

Capitalist Wars: A Call for Revolution

The Franco-Prussian War created the conditions for the Paris Commune. Similarly, today’s global conflicts—from Ukraine to Ethiopia, from Kashmir to Gaza—signal that capitalism is in deep crisis.

The Fight for Communism Continues

The lessons of the Paris Commune must guide us today. Workers, soldiers, and students must mobilize for communist revolution, not reforms. The struggle of 1871 teaches us that capitalism cannot be reformed—it must be destroyed.

Join the International Communist Workers’ Party, distribute Red Flag newspaper, and help build the movement for a world without bosses, money, or exploitation. The fight is not over. We must continue what the Paris Commune started—until we achieve communism worldwide.

Long live the Paris Commune! Long live communism!

[TRADUCCIÓN PROVISIONAL]

La Comuna de París de 1871 fue un momento decisivo en la historia en el que la clase trabajadora tomó el poder por segunda vez (después de la revolución haitiana de 1804). Aunque duró solo 71 días, su impacto fue profundo y dio forma a los movimientos revolucionarios en todo el mundo. Inspiró a Marx, a los bolcheviques, a la Revolución China y a la lucha actual por el comunismo. El Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) considera la Comuna como un poderoso ejemplo de cómo los trabajadores pueden derrocar el capitalismo y construir una sociedad que sirva a sus intereses.

Orígenes de la Comuna de París

La guerra franco-prusiana (1870-71) sumió a Francia en una crisis política y económica. La clase dominante sufrió una gran derrota y el gobierno se derrumbó, dejando a los trabajadores en la miseria y la desesperación. Las desigualdades de la sociedad capitalista se hicieron aún más evidentes: mientras los ricos evitaban las consecuencias de la guerra, la clase trabajadora sufría hambre, desempleo y explotación.

En respuesta, los trabajadores de París, con la Guardia Nacional a la cabeza, se alzaronTomaron el control de la ciudad, estableciendo la Comuna de París, un gobierno de, por y para los trabajadores. Después de la revolución haitiana, por segunda vez en la historia, la clase trabajadora tomó el poder, demostrando que era posible derrocar el capitalismo y comenzar a construir una sociedad basada en las necesidades colectivas en lugar de en las ganancias.

Las mujeres en la Comuna: un modelo para hoy

Las mujeres desempeñaron un papel crucial en la insurrección y en la organización de la Comuna. Lavanderas, costureras, comerciantes y muchas otras construyeron barricadas, tomaron las armas y trabajaron en fábricas demuniciones. También organizaron servicios esenciales como la distribución de alimentos, la atención médica y la educación. Su liderazgo y sacrificios demuestran que las mujeres., al igual que en las fábricas y lugares de trabajo de hoy en día.

Importancia de las Fuerzas Armadas

Muchos de los trabajadores que se levantaron eran miembros de la Guardia Nacional y su participación fue vital. Fue la Guardia, junto con las mujeres, quien luchó contra las tropas gubernamentales y salvó los cañones. En respuesta, algunas tropas gubernamentales se unieron a la rebelión. La Guardia expulsó de París a los servidores armados del gobierno: la policía y las tropas leales al gobierno.

Una lección que los comunistas revolucionarios posteriores extrajeron de la Comuna fue la importancia vital del trabajo en el ejército. Esto es cierto hasta el día de hoy. Al igual que los soldados se unieron a los trabajadores en la Comuna de París, los soldados de hoy deben negarse a luchar por sus opresores y unirse a la lucha por el comunismo.

Lecciones para los trabajadores de hoy

Las condiciones que llevaron a la Comuna de París existen hoy en día. El capitalismo sigue explotando a los trabajadores en todo el mundo. En las fábricas, los jefes imponen salarios bajos, cuotas imposibles y horas extras noremuneradas, atrapando a los trabajadores en la esclavitud salarial. La Comuna de París demuestra que luchar por reformas es inútil: la verdadera liberación requiere una revolución armada y la destrucción completa del capitalismo.

Una de las lecciones más importantes de la Comuna es que la clase trabajadora no puede tomar el control del estado capitalista, sino que debe destruirlo. El gobierno francés, respaldado por la burguesía, aplastó brutalmente la Comuna, matando a decenas de miles de trabajadores.

Guerras capitalistas: un llamado a la revolución

La guerra franco-prusiana creó las condiciones para la Comuna de París. Del mismo modo, los conflictos mundiales actuales, desde Ucrania hasta Etiopía, desde Cachemira hasta Gaza, indican que el capitalismo está en profunda crisis.

La lucha por el comunismo continúa

Las lecciones de la Comuna de París deben guiarnos hoy. Los trabajadores, los soldados y los estudiantes deben movilizarse por la revolución comunista, no por las reformas. La lucha de 1871 nos enseña que el capitalismo no puede reformarse, debe destruirse.

Únete al Partido Comunista Obrero Internacional, distribuye el periódico Bandera Roja y ayuda a construir el movimiento por un mundo sin patrones, dinero ni explotación. La lucha no ha terminado. Debemos continuar lo que comenzó la Comuna de París, hasta lograr el comunismo en todo el mundo.

¡Viva la Comuna de París! ¡Viva el comunismo!

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