[ESPAÑOL ABAJO]
The Paris Commune of 1871 was a defining moment in history when the working class seized power for only the second time time (after the Haitian revolution of 1804). Though it lasted only 71 days, its impact was profound, shaping revolutionary movements worldwide. It inspired Marx, the Bolsheviks, the Chinese Revolution, and today’s fight for communism. The International Communist Workers’ Party (ICWP) looks to the Commune as a powerful example of how workers can overthrow capitalism and build a society that serves their interests.
Origins of the Paris Commune
The Franco-Prussian War (1870-71) plunged France into a political and economic crisis. The ruling class suffered a major defeat, and the government collapsed, leaving workers in misery and desperation. The inequalities of capitalist society became even clearer—while the wealthy avoided the consequences of war, the working class endured starvation, unemployment, and exploitation.
In response, the workers of Paris , with the National Guard leading, rose up.. They took control of the city, establishing the Paris Commune—a government of, by, and for the workers. After the Haitian revolution, for the second time in history, the working class held power, demonstrating that it was possible to overthrow capitalism and begin building a society based on collective needs rather than profit.
Women in the Commune: A Model for Today
Women played a crucial role in the insurrection and in organizing the Commune. Laundry workers, garment workers, shopkeepers, and many others built barricades, took up arms, and worked in ammunition factories. They also organized essential services such as food distribution, medical care, and education. Their leadership and sacrifices prove that women workers were key., just as they are in today’s factories and workplaces.
Importance of the Armed Forces
Many of the workers who gave key leadership and rose up were members of the National Guard and their participation was vital. It was the Guard, along with the women, who fought the government troops and saved the cannons. In response, some government troops joined the rebellion. The Guard chased out of Paris the armed servants of the government – the police and the loyal government troops.
One lesson that later revolutionary communists drew from the Commune was the vital importance of work in the military. This is true to this day. Just as soldiers joined the workers in the Paris Commune, today’s soldiers must refuse to fight for their oppressors and join the fight for communism.
Lessons for Today’s Workers
The conditions that led to the Paris Commune exist today. Capitalism continues to exploit workers worldwide. In factories, bosses impose low wages, impossible quotas, and unpaid overtime, trapping workers in wage slavery. The Paris Commune proves that fighting for reforms is futile—true liberation requires armed revolution and the complete destruction of capitalism.
One of the Commune’s most important lessons is that the working class cannot take over the capitalist state—it must destroy it. The French government, backed by the bourgeoisie, brutally crushed the Commune, killing tens of thousands of workers.
Capitalist Wars: A Call for Revolution
The Franco-Prussian War created the conditions for the Paris Commune. Similarly, today’s global conflicts—from Ukraine to Ethiopia, from Kashmir to Gaza—signal that capitalism is in deep crisis.
The Fight for Communism Continues
The lessons of the Paris Commune must guide us today. Workers, soldiers, and students must mobilize for communist revolution, not reforms. The struggle of 1871 teaches us that capitalism cannot be reformed—it must be destroyed.
Join the International Communist Workers’ Party, distribute Red Flag newspaper, and help build the movement for a world without bosses, money, or exploitation. The fight is not over. We must continue what the Paris Commune started—until we achieve communism worldwide.
Long live the Paris Commune! Long live communism!
[TRADUCCIÓN PROVISIONAL]
La Comuna de París de 1871 fue un momento decisivo en la historia en el que la clase trabajadora tomó el poder por segunda vez (después de la revolución haitiana de 1804). Aunque duró solo 71 días, su impacto fue profundo y dio forma a los movimientos revolucionarios en todo el mundo. Inspiró a Marx, a los bolcheviques, a la Revolución China y a la lucha actual por el comunismo. El Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) considera la Comuna como un poderoso ejemplo de cómo los trabajadores pueden derrocar el capitalismo y construir una sociedad que sirva a sus intereses.
Orígenes de la Comuna de París
La guerra franco-prusiana (1870-71) sumió a Francia en una crisis política y económica. La clase dominante sufrió una gran derrota y el gobierno se derrumbó, dejando a los trabajadores en la miseria y la desesperación. Las desigualdades de la sociedad capitalista se hicieron aún más evidentes: mientras los ricos evitaban las consecuencias de la guerra, la clase trabajadora sufría hambre, desempleo y explotación.
En respuesta, los trabajadores de París, con la Guardia Nacional a la cabeza, se alzaron. Tomaron el control de la ciudad, estableciendo la Comuna de París, un gobierno de, por y para los trabajadores. Después de la revolución haitiana, por segunda vez en la historia, la clase trabajadora tomó el poder, demostrando que era posible derrocar el capitalismo y comenzar a construir una sociedad basada en las necesidades colectivas en lugar de en las ganancias.
Las mujeres en la Comuna: un modelo para hoy
Las mujeres desempeñaron un papel crucial en la insurrección y en la organización de la Comuna. Lavanderas, costureras, comerciantes y muchas otras construyeron barricadas, tomaron las armas y trabajaron en fábricas demuniciones. También organizaron servicios esenciales como la distribución de alimentos, la atención médica y la educación. Su liderazgo y sacrificios demuestran que las mujeres., al igual que en las fábricas y lugares de trabajo de hoy en día.
Importancia de las Fuerzas Armadas
Muchos de los trabajadores que se levantaron eran miembros de la Guardia Nacional y su participación fue vital. Fue la Guardia, junto con las mujeres, quien luchó contra las tropas gubernamentales y salvó los cañones. En respuesta, algunas tropas gubernamentales se unieron a la rebelión. La Guardia expulsó de París a los servidores armados del gobierno: la policía y las tropas leales al gobierno.
Una lección que los comunistas revolucionarios posteriores extrajeron de la Comuna fue la importancia vital del trabajo en el ejército. Esto es cierto hasta el día de hoy. Al igual que los soldados se unieron a los trabajadores en la Comuna de París, los soldados de hoy deben negarse a luchar por sus opresores y unirse a la lucha por el comunismo.
Lecciones para los trabajadores de hoy
Las condiciones que llevaron a la Comuna de París existen hoy en día. El capitalismo sigue explotando a los trabajadores en todo el mundo. En las fábricas, los jefes imponen salarios bajos, cuotas imposibles y horas extras noremuneradas, atrapando a los trabajadores en la esclavitud salarial. La Comuna de París demuestra que luchar por reformas es inútil: la verdadera liberación requiere una revolución armada y la destrucción completa del capitalismo.
Una de las lecciones más importantes de la Comuna es que la clase trabajadora no puede tomar el control del estado capitalista, sino que debe destruirlo. El gobierno francés, respaldado por la burguesía, aplastó brutalmente la Comuna, matando a decenas de miles de trabajadores.
Guerras capitalistas: un llamado a la revolución
La guerra franco-prusiana creó las condiciones para la Comuna de París. Del mismo modo, los conflictos mundiales actuales, desde Ucrania hasta Etiopía, desde Cachemira hasta Gaza, indican que el capitalismo está en profunda crisis.
La lucha por el comunismo continúa
Las lecciones de la Comuna de París deben guiarnos hoy. Los trabajadores, los soldados y los estudiantes deben movilizarse por la revolución comunista, no por las reformas. La lucha de 1871 nos enseña que el capitalismo no puede reformarse, debe destruirse.
Únete al Partido Comunista Obrero Internacional, distribuye el periódico Bandera Roja y ayuda a construir el movimiento por un mundo sin patrones, dinero ni explotación. La lucha no ha terminado. Debemos continuar lo que comenzó la Comuna de París, hasta lograr el comunismo en todo el mundo.
¡Viva la Comuna de París! ¡Viva el comunismo!
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